miércoles, 9 de septiembre de 2009

Entrada a América

A las 15:30 aproximadamente, el avión sobrevuela la costa brasileña. Desde arriba se ven ríos como nunca he visto, que forman enormes islas en su desembocadura, ríos gigantescos. El itinerario continental, después de haber cruzado el Atlántico, cubre la ruta que atraviesa el estado de Maranhao, en el nordeste de Brasil, el sur del estado de Pará, Mato Grosso y primera escala en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Tomamos tierra a las 19.00. Temperatura exterior: 30º C. ¿No estábamos es el invierno austral? Esto no me lo esperaba. Humedad tropical. Amazonia.
A las 22: 5o, dos horas más tarde de lo previsto, el Boeing 737 de Aerosur sale de Santa Cruz hacia La Paz. Ya casi estamos.
Aterrizamos a las 23:45 en el aeropuerto de El Alto. 4100 metros de altitud. 6º C: un frío seco, muy soportable. Bienvenido al altiplano. Al salir del aeropuerto, un cartel me anuncia: "Estás vivo". Me gusta ese recordatorio, sobre todo después de las turbulencias en medio del Atlántico, aunque, como me entero más tarde, se trata de publicidad de una empresa de telefonía.
El taxista Edwin, me baja de El Alto a La Paz. Llego al hotel y descargo en la habitación 708. Es un edificio de doce plantas en el centro de la ciudad.
Estoy muy cansado. También es la altitud. Llevo veinticuatro horas de viaje. Me doy una ducha y me meto en la cama.
Pero no puedo dormir.

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